Las fotos tomadas por los agentes federales que hicieron las redadas en la casa de Sean "Diddy" Combs en Los Ángeles fueron exhibidas en el juicio en contra del artista y mostraron drogas en exceso, armas de alto calibre y ametralladoras y todo lo necesario para los maratones de sexo conocidos como las fiestas "Freak Off".

Según TMZ, las fotos, presentadas como prueba en el juicio federal en curso contra el magnate de la música, muestran rifles tipo AR-15, pistolas, ametralladoras y bolsas de ketamina esparcidas por la casa en Holmby Hills, valorada en 61,5 millones de dólares. Algunas armas fueron fotografiadas junto a artículos domésticos comunes, como una bolsa de totopos. En una habitación había más de 900 botellas del lubricante sexyal Astroglide y 200 botellas de aceite para bebés, cuidadosamente ordenadas en armarios y cajas.

La fiscalía argumenta que los artículos se usaron en elaboradas fiestas sexuales que duraban varios días, en las que participaban acompañantes, exnovias y acompañantes masculinos.

Los federales dicen que las drogas y el control iban de la mano

Combs, quien se declaró inocente de tráfico sexual, crimen organizado y cargos relacionados, presuntamente usó ketamina y coerción para controlar a las víctimas. La fiscalía afirma que les negó oportunidades de vivienda y profesionales, vigiló sus movimientos y dictó sus comparecencias.

Las grabaciones de video de estos supuestos "acontecimientos delictivos" se mostraron al jurado, pero no al público. Según informes de la sala, Combs vio las imágenes desde una habitación contigua y se le vio relamiéndose. La fiscalía alega que las cintas se utilizaron como chantaje. "Mantuvo el control sobre las víctimas de diversas maneras", declaró el fiscal federal Damien Williams, incluso mediante grabaciones que se convirtieron en "accesos colaterales".

Las acusaciones han sido respaldadas además por el testimonio de testigos, incluido el de una exnovia a la que llamaban "Jane", quien dijo que los hechos implicaban juegos de rol utilizando alias con temática de baloncesto, y Diddy se hacía llamar Michael Jordan.

El publicista de Diddy rompe el silencio sobre lo que él "eligió" no ver

Mientras tanto, el ex publicista Rob Shuter, que trabajó para Combs entre 2002 y 2004, ha expresado públicamente su arrepentimiento por lo que ahora considera una ceguera voluntaria.

"Guardar sus secretos era parte del trabajo", escribió en un ensayo para The Hollywood Reporter . Aunque Shuter afirma no haber presenciado abusos, admitió haber ignorado las señales de advertencia, como los controles de seguridad en la casa de Combs, la presencia de armas de fuego "por todas partes" y haber escuchado llamadas a altos mandos policiales.

El juicio se reanuda el viernes. Si es declarado culpable, Combs podría enfrentar décadas de cárcel.