En un estadio de Shanghái abarrotado, el inusual concierto de Kanye West se volvió caótico. Los fans sufrieron un retraso de 40 minutos, problemas técnicos, acusaciones de playback e incluso peticiones de reembolso. Dadas las recientes repercusiones de su canción pronazi y los continuos problemas legales, el concierto plantea preguntas urgentes sobre la imagen pública dividida del artista.