Los estadounidenses atrasarán sus relojes una hora a las 2 de la madrugada del domingo 2 de noviembre de 2025, lo que marcará el fin oficial del horario de verano.

El cambio se produce el primer domingo de noviembre, lo que proporciona a la mayoría de la gente una hora extra de sueño, pero trae consigo atardeceres más tempranos y tardes más oscuras.

Este ritual bianual, que afecta a la mayor parte de Estados Unidos, se enfrenta a una creciente oposición por parte de expertos en salud, políticos y un público cansado que cuestiona cada vez más si esta práctica centenaria todavía tiene algún propósito en la vida moderna.

Expertos en salud advierten sobre el cambio de hora

Las investigaciones han relacionado el cambio de hora bianual con un mayor riesgo de infartos, accidentes cerebrovasculares y trastornos del sueño. El Journal of Clinical Sleep Medicine descubrió que los cambios bruscos en los patrones de sueño pueden afectar el ritmo cardíaco, el estado de ánimo y el nivel de alerta.

En 2023, la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño formó una coalición para promover la adopción del horario estándar permanente en todo Estados Unidos, a la que se unieron la Asociación Médica Estadounidense y la Fundación Nacional del Sueño. Abogan específicamente por el horario estándar permanente, que se ajusta mejor a la biología circadiana humana al sincronizar el reloj biológico con la salida y la puesta natural del sol.

Un estudio de Stanford de 2025 reveló que la adopción permanente del horario estándar podría reducir los casos de obesidad en 2,6 millones y los de accidentes cerebrovasculares en 300.000 en Estados Unidos continental. El horario de verano permanente también redujo los casos, pero en menor medida.

De las medidas de guerra al debate moderno

El horario de verano comenzó por primera vez el 19 de marzo de 1918 bajo la Ley de Horario Estándar, implementada para conservar los costos de energía durante la Primera Guerra Mundial.

Tras finalizar la guerra, la ley fue derogada, pero al comenzar la Segunda Guerra Mundial, el Congreso la reinstauró en 1942. Después de décadas de confusión, en 1966 se aprobó la Ley de Horario Uniforme para estandarizar la práctica.

En 2005, el presidente George W. Bush extendió el horario de verano a su formato actual, que rige desde el segundo domingo de marzo hasta el primer domingo de noviembre. Como resultado, Estados Unidos ahora tiene ocho meses de horario de verano y solo cuatro meses de horario estándar.

La presión política para instaurar el horario de verano durante todo el año se estanca.

La Ley de Protección Solar de 2025 busca que el horario de verano sea permanente. El senador Martin Heinrich la calificó de "una obviedad", prometiendo "más sol y menos cambios de hora".

Sin embargo, ambos proyectos de ley permanecen en comisión, y GovTrack les otorga solo un 4 % y un 2 % de probabilidades de ser aprobados. Un proyecto de ley similar fue aprobado por el Senado en 2022, pero no fue considerado por la Cámara de Representantes.

Estados Unidos probó el horario de verano durante todo el año desde enero de 1974 hasta abril de 1975, pero el Congreso puso fin al experimento antes de tiempo debido a la preocupación por los niños que caminaban a la escuela en las oscuras mañanas de invierno.

Dieciocho estados han aprobado desde entonces medidas que respaldan el horario de verano durante todo el año. Sin embargo, según el Departamento de Transporte de Estados Unidos, ninguna de estas medidas estatales puede entrar en vigor sin la aprobación federal.

Los estados solo pueden optar por no participar en el horario de verano y permanecer en horario estándar durante todo el año, como lo han hecho Hawái y la mayor parte de Arizona .

La tendencia global de alejarse de los cambios de hora

Aproximadamente un tercio de los países aún observan el horario de verano, principalmente en Europa. En la última década, naciones como Rusia, Turquía, Jordania y Uruguay han abandonado por completo esta práctica.

En 2018, el Parlamento Europeo votó a favor de abolir el horario de verano, con el apoyo del 84 % de los 4,6 millones de ciudadanos. Sin embargo, la reforma sigue retrasada mientras los Estados miembros debaten qué horario adoptar de forma permanente. La decisión debía entrar en vigor en 2021, pero aún se encuentra en revisión hasta 2025.

Por ahora, los estadounidenses pueden esperar una hora más de descanso, y una ronda más de discusiones sobre si cambiar la hora dos veces al año todavía tiene cabida en la era moderna.