Adidas acaba de ganar uno de sus casos legales de más alto perfil, ya que un tribunal de apelaciones de EE. UU. desestimó una demanda presentada por accionistas que alegaban que la compañía ocultó la mala conducta de Ye, el artista antes conocido como Kanye West.

El fallo marca la conclusión oficial del expediente judicial sobre el fracaso de la alianza comercial Yeezy, que era altamente rentable.

HLSA-ILA Funds, el sindicato que representa a los trabajadores marítimos estadounidenses, presentó la demanda, alegando que Adidas defraudó a los inversores al no revelar lo que denominó su conocimiento de larga data sobre Ye y su comportamiento inapropiado. La demanda se remonta aproximadamente a 2018, cuando la sociedad se disolvió repentinamente en 2022 como resultado de los comentarios antisemitas de Ye, que causaron una gran controversia.

Los inversores afirmaron que, como Adidas no les informó del coste total (controversias asociadas a Ye), perdieron una cantidad considerable de dinero porque la marca desapareció y las acciones cayeron.

No se encontró fraude en el tribunal

El 3 de diciembre de 2025, un panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos del Noveno Circuito falló a favor de Adidas y desestimó la apelación. Los jueces descubrieron que la compañía no había mentido a sus inversores. En cambio, ya había emitido declaraciones públicas advirtiendo sobre los posibles efectos secundarios adversos de colaborar con personas de la industria del entretenimiento: una advertencia genérica pero válida que los inversores deberían haber tenido en cuenta.

Estas amplias advertencias de riesgo, en opinión del tribunal, no implicaban ninguna omisión sustancial. La decisión declaró que no existían indicios sólidos de que Adidas actuara con malicia hacia los accionistas.

Según el panel: "Un inversor razonable sabría que una asociación con un socio famoso como Ye conllevaría riesgos inherentes relacionados con un comportamiento indebido".

Un final largo, rentable y espectacular para una sociedad

Yeezy
Adidas Yeezy Boost 'Oxford Tan'.

La colaboración entre Yeezy se ha convertido en una de las más exitosas entre celebridades y marcas de la era moderna. Se dice que generó algunas de las ventas inesperadas más significativas de Adidas, alcanzando aproximadamente unos 1800 millones de dólares en 2021.

Sin embargo, el asunto se fue al traste. Ye hizo múltiples comentarios antisemitas, lo que causó un importante daño a su reputación y dificultades económicas después de que Adidas cortara relaciones con Ye en octubre de 2022.

Luego, la compañía vendió las acciones restantes de Yeezy y prometió compartir una parte de los ingresos con organizaciones contra la discriminación.

Lo que significa la victoria y lo que aún está en juego

Para Adidas, el fallo judicial ofrece un alivio legal y reduce el riesgo de demandas adicionales de los accionistas derivadas de la mala conducta de Ye. Actualmente, la decisión de 2025 confirma la decisión de 2024 de un juez federal que inicialmente se negó a escuchar el caso.

Sin embargo, el negocio aún se siente. La compañía ha reconocido que sus ventas en Norteamérica disminuyeron aproximadamente un 2 % en 2024, principalmente debido a la disminución de las ventas de Yeezy.

Más allá de las pérdidas inmediatas, la decisión pone de relieve una realidad más amplia: el patrocinio de celebridades, en particular el de aquellas con carácter irascible, conlleva riesgos financieros y para la reputación. Para muchos inversores, el tribunal ha enviado un mensaje claro y contundente: el éxito puede ser inestable.

El final de una historia, una lección para la industria

Con esta decisión, Adidas puede cerrar el capítulo de una de las asociaciones más controvertidas. Este fallo exonera a la dirección de la compañía y garantiza la seguridad de las grandes empresas que invierten en marcas lideradas por celebridades.

Pero también muestra lo que está en juego en estas colaboraciones: grandes dividendos, pero también gran visibilidad. Con las marcas de moda, ropa deportiva y lujo aún cortejando a figuras conocidas para promocionarlas como símbolos de estatus, la saga Yeezy es una advertencia para ellas.

Mientras tanto, Adidas ha ganado la batalla judicial. La verdadera prueba es si puede recuperar la confianza del consumidor a largo plazo y restaurar la imagen de marca en un mundo post-Yeezy.