La confirmación de la fecha de liberación de Sean "Diddy" Combs de la prisión federal, el 8 de mayo de 2028, ha generado interrogantes sobre si el rapero podría salir antes de tiempo. Un criminólogo señaló que su fama podría complicar las decisiones sobre su liberación anticipada.

Según Complex, los registros de la Oficina de Prisiones muestran que Combs, de 55 años, permanecerá tras las rejas hasta 2028 tras su condena por cargos relacionados con la prostitución.

El 3 de octubre, el juez Arun Subramanian lo sentenció a 50 meses de prisión federal, junto con cinco años de libertad supervisada y una multa de 500.000 dólares.

Un experto sopesa los factores legales y sociales.

Según Kenya Brumfield-Young, profesora asistente de Criminología y Justicia Penal en la Universidad de Saint Louis, la situación de Diddy es un buen ejemplo de cómo el castigo, la rehabilitación y la imagen pública pueden entrar en conflicto.

Explicó que, si bien 50 meses pueden parecer poco tiempo sobre el papel, "representa un esfuerzo por equilibrar la rendición de cuentas con la posibilidad de reforma".

Brumfield-Young declaró a The Mirror US que la libertad anticipada sigue siendo improbable. La fecha prevista, mayo de 2028, ya tiene en cuenta el tiempo cumplido antes de la sentencia y posibles reducciones de pena por buen comportamiento.

Añadió que la libertad vigilada funciona de manera diferente, señalando: "No se puede acortar mediante reducción de condena por buen comportamiento, pero un juez tiene la facultad de reducirla, generalmente después de al menos un año, si la persona demuestra cumplimiento continuo y participación en programas de rehabilitación".

Percepción pública e impacto de las celebridades

La criminóloga afirmó que, si bien las directrices influyen en la imposición de penas, los jueces aún conservan una amplia discreción. "Los resultados varían según las circunstancias y la evolución del reo durante su encarcelamiento", explicó.

Brumfield-Young también abordó si la fama afecta el proceso. "Idealmente, la percepción pública o el estatus de celebridad no influirían en estas decisiones, pero sí, la percepción pública y el estatus de celebridad pueden desempeñar un papel", dijo.

Brumfield-Young afirmó que la exposición mediática puede humanizar a un acusado y atraer simpatía o presentarlo como "un símbolo de privilegio o injusticia".

Esa dinámica, dijo, puede hacer que los responsables de la toma de decisiones sean "más reacios a dar la impresión de tomar partido".

Al preguntársele si la libertad anticipada sería apropiada, Brumfield-Young respondió que existen diferentes opiniones. Explicó que algunas víctimas creen que reducir las condenas "minimiza el daño que sufrieron".

Otros ven los créditos por buen comportamiento como un incentivo justo para el crecimiento personal que puede apoyar la rehabilitación y la seguridad pública.