La sorprendente aparición de Beyoncé en el paddock del Gran Premio de Las Vegas ha provocado un intenso debate en línea después de que la cantante enfrentara oleadas de críticas por su cuerpo y su edad.

La superestrella de 44 años llegó el 22 de noviembre de 2025 con un mono de cuero Louis Vuitton personalizado, decorado con motivos de carreras, combinado con guantes rojos, botas de aguja y un casco.

Mientras muchos elogiaron su mirada intrépida y su aparición junto a Jay-Z y el campeón de Fórmula 1 Lewis Hamilton, una minoría vocal aprovechó el momento para atacar su cuerpo, edad y peso, revelando una vez más cuán cruel puede ser el escrutinio en línea para las mujeres en el ojo público.

Los críticos en línea critican la aparición de Beyoncé

Lo que comenzó como entusiasmo por el atrevido atuendo inspirado en las carreras de la cantante rápidamente se convirtió en críticas.

Sus detractores en redes sociales calificaron su look de "vulgar" y cuestionaron si era "apropiado" para alguien de su edad. Otros la insultaron de forma más personal, llamándola "demasiado gorda", "una ballena" o insinuando sin pruebas que había subido de peso o que estaba tomando Ozempic.

Los comentaristas describieron la reacción como una mezcla de humillación por su peso, misoginia y edadismo, un patrón familiar para las celebridades femeninas de alto perfil cuyos cuerpos son diseccionados rutinariamente en línea.

A pesar de compartir fotos pulidas y glamorosas del fin de semana en Instagram , Beyoncé fue bombardeada con comparaciones con fotos sin filtro de paparazzi, que los críticos usaron para acusarla de editar su apariencia.

El edadismo, los dobles estándares y la exigencia de lucir perfectos

Además del peso, los críticos de Beyoncé también invocaron su edad. Algunos comentaristas sugirieron que era "demasiado mayor" para lucir un look tan atrevido, mientras que otros la acusaron de querer parecer más joven o más glamurosa de lo que debería. Este tipo de comentarios, argumentan los comentaristas, reflejan presiones sociales más amplias sobre las mujeres para que no tengan edad, y a menudo vienen acompañados de estándares de belleza poco realistas.

Paralelamente, algunos usuarios analizaron la diferencia entre las pulidas imágenes de Beyoncé en Instagram y las fotos de los paparazzi del fin de semana de la carrera. La acusaron de "suavizar" su piel o editar su cuerpo para lucir más impecable en sus propios canales.

Para una estrella mundial de su estatura, este escrutinio subraya un doble vínculo: ser auténtica pero lucir perfecta; aceptar la edad pero ocultar sus signos.

¿Riesgo de moda o fracaso fotográfico?

Los seguidores de Beyoncé afirman que logró un look atrevido y acorde con la temática, ideal para el deporte y que realzaba sus curvas y confianza. De hecho, su mono de cuero fue ampliamente elogiado por las tiendas de moda por su audacia y confección.

Pero los críticos siguieron hablando, algunos calificaron el vestido de poco favorecedor o incluso de "inapropiado" para el evento, argumentando que la gente es demasiado rápida para juzgar las elecciones de las mujeres a medida que envejecen.

Las implicaciones más amplias

Esta reacción va más allá de un simple atuendo: pone de relieve problemas persistentes en torno a la imagen de las celebridades, la vigilancia corporal y el acoso en línea. Para Beyoncé, a sus 44 años y convertida en un icono mundial, la presión por lucir de cierta manera se siente magnificada. El comentario, ya sea basado en la misoginia, la discriminación por edad o la discriminación por peso, subraya una cruda realidad: incluso en el más alto nivel de fama, las mujeres públicas siguen siendo vulnerables a ataques profundamente personales sobre su apariencia.

Por su parte, Beyoncé no ha respondido públicamente a la ola de críticas por su físico. Pero la intensidad de las críticas y la naturaleza de los insultos podrían impulsar un nuevo debate sobre cómo la sociedad trata la edad, la forma del cuerpo y las elecciones de moda, especialmente cuando se trata de mujeres poderosas y visibles que se niegan a conformarse con ideales estrechos.

Su aparición en Las Vegas quizá pretendiera ser un momento decisivo y vanguardista. Pero las repercusiones en línea sugieren que también se ha convertido en un reflejo de la lucha constante de la sociedad con el respeto, la representación y la doble moral en la era de las redes sociales.