La actriz Jennifer Lawrence, ganadora de un premio Óscar, ha lanzado una dura crítica contra los platós de cine dominados por hombres.

Durante una sesión de preguntas y respuestas tras la proyección de su nuevo drama psicológico, Die My Love, la estrella reveló una "diferencia notable" al trabajar con una directora en comparación con un director.

¿Cuál es el origen de la diferencia? Según Lawrence, las cineastas tienden a no "sobredirigir", un hábito que ella vincula con la necesidad percibida del director masculino de ejercer constantemente el control.

Los comentarios se hicieron a Vulture durante la campaña promocional de Die My Love , dirigida por la aclamada directora escocesa Lynne Ramsay.

Lawrence, conocida por sus interpretaciones crudas y desinhibidas en películas como Winter's Bone (dirigida por Debra Granik), The Beaver (dirigida por Jodie Foster), Serena (dirigida por Susanne Bier) y Causeway (dirigida por Lila Neugebauer), ahora afirma haber identificado un "elemento común" en sus colaboradoras.

Sugiere que se trata de un enfoque colectivo que está sorprendentemente libre de los impulsos "molestos" que ha visto en algunos de sus colegas masculinos.

Jennifer Lawrence explica por qué los directores masculinos son "neuróticos" y "controladores".

En su sincera conversación, Lawrence se centró en el comportamiento que más le frustra: la ostentación innecesaria de autoridad como directora. Le comentó a Vulture que con algunos directores hombres, "existe esa necesidad constante de sentir que son ellos quienes dirigen la película".

Este impulso, según ella, a menudo no influye en la producción creativa. "Y ni siquiera sirve para lograr nada. Simplemente resulta molesto", afirmó.

Lawrence fue un paso más allá al ofrecer su definición de la etiqueta de "autor", un término tradicionalmente reservado para directores visionarios (y a menudo hombres). "Cuando pienso en autor, me viene a la mente algo así como controlador y... ¿cómo se dice? ¡Neurótico!", exclamó la actriz, vinculando el célebre término con tendencias controladoras y ansiosas.

Sus comentarios llegan en un momento crítico para Hollywood , donde el debate sobre la igualdad de género y la dinámica de poder en los sets de filmación continúa intensificándose, especialmente tras numerosas acusaciones de alto perfil contra figuras masculinas poderosas.

La actriz describió el enfoque de Lynne Ramsay como el polo opuesto a este estilo "neurótico". Lawrence elogió el método de Ramsay en el rodaje de Die My Love , explicando que la directora se centró primero en "construir este mundo" y en asegurarse de que el reparto y el equipo estuvieran "en sintonía, a través de la música, las conversaciones, la atmósfera y el decorado".

Este trabajo preliminar permitió a Ramsay retirarse gradualmente, dando a los actores espacio para explorar y experimentar.

El set "mágico" de Lynne Ramsay: El enfoque antiautor elogiado por Jennifer Lawrence

Paradójicamente, la técnica de no intervención del director dio lugar a resultados más interesantes. Lawrence describió cómo la "incomodidad" derivada de "su falta de visibilidad" a menudo propiciaba que surgiera "algo interesante" de la escena. Esto creó un entorno colaborativo único.

Lawrence compartió una anécdota sobre esta libertad, cuando ella y los demás actores se rieron accidentalmente durante una toma. En lugar de reiniciar la escena de inmediato o reprenderlos por la interrupción, Ramsay la animó: "Ella decía: "No, estuvo genial. Me gustó que se rieran. Háganlo de nuevo"".

La propia Ramsay se hizo eco de este sentimiento en una entrevista con Vulture , confirmando su deseo de que los actores se sintieran libres en el plató. "Me encanta trabajar con actores. Cuando hay verdadera confianza mutua, sucede algo mágico", señaló Ramsay.

Su técnica consistía en alargar ocasionalmente las tomas, creando una especie de incomodidad intencionada que obligaba a los actores a salir del ritmo previsto y adentrarse en lo inesperado. Esta libertad se aprecia claramente en Muere, mi amor , donde Lawrence interpreta a una mujer consumida por la psicosis tras el nacimiento de su hijo.

La película, que también cuenta con Robert Pattinson, LaKeith Stanfield, Nick Nolte y Sissy Spacek, se estrenó en cines el 7 de noviembre a través de Mubi.

La película, que se estrenó en el Festival de Cannes en 2025, está basada en la novela homónima de Ariana Harwicz, publicada en 2012. Es un retrato crudo de una mujer que lucha con las expectativas maternales y domésticas.