Un sobreviviente del tiroteo masivo en una celebración de Hanukkah cerca de Bondi Beach emitió una dura condena de la respuesta policial, alegando que los oficiales "se congelaron" y no se enfrentaron a los hombres armados durante un asalto prolongado y sin oposición.

El relato, proporcionado por el testigo Shmulik Scuri, ha intensificado el escrutinio de las tácticas de la Policía de Nueva Gales del Sur durante el ataque, que ha sido declarado un incidente terrorista que dejó al menos 12 personas muertas y 29 heridas.

Caos y crítica: Testimonios del ataque

Los asistentes al evento de Janucá junto al Mar comentaron que el ambiente era alegre momentos antes de que estallaran los disparos. Familias, niños y ancianos se vieron repentinamente obligados a huir para salvar sus vidas mientras el eco de las armas automáticas recorría el paisaje del parque.

El Sr. Scuri, quien se encontraba con su familia, declaró a la prensa que durante 20 minutos los tiradores continuaron disparando mientras aproximadamente cuatro policías se mantenían al margen sin responder al fuego. Añadió que un sospechoso recargó el arma abiertamente, sin interrupción, y que los agentes no intervinieron.

"Nadie respondió al fuego. Nada. Como si se hubieran congelado", dijo. "No entiendo por qué".

Imágenes de video difundidas en redes sociales captaron a multitudes enloquecidas corriendo a refugiarse, algunas en negocios cercanos o detrás de estructuras de la playa. Muchos describieron cómo se escondían en portales y detrás de juegos infantiles mientras las balas volaban sobre el césped.

La respuesta policial bajo fuego

La Policía de Nueva Gales del Sur ha sido objeto de un intenso escrutinio tras el ataque, y se han suscitado dudas sobre las decisiones tácticas tomadas durante los críticos primeros momentos del incidente. Las comunicaciones oficiales de la policía confirmaron que los agentes estaban en el lugar y respondieron, pero no han detallado públicamente el momento ni la naturaleza de su enfrentamiento con los pistoleros.

Las autoridades declararon el incidente como un "ataque terrorista" tras el fallecimiento de al menos 12 personas y el despido de 29, incluidos dos policías. Posteriormente, la policía localizó y retiró presuntos artefactos explosivos improvisados de un vehículo vinculado a los sospechosos.

En contraste con las afirmaciones de inacción, las declaraciones de la policía sugieren que los agentes estaban respondiendo activamente a la situación en desarrollo, aunque no se han publicado plazos precisos para su intervención.

Los políticos han apoyado públicamente a las fuerzas del orden, al tiempo que han condenado el ataque. El primer ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, calificó la violencia de "maldad incomprensible" y elogió la valentía de los transeúntes que intervinieron durante el asalto.

Heroísmo en medio del horror

En medio de la tragedia generalizada, circularon imágenes dramáticas que mostraban a un civil enfrentándose a uno de los pistoleros. En el video, un hombre, posteriormente identificado como Ahmed al-Ahmed, se acercó por detrás a un tirador activo, le arrebató el arma y, al menos momentáneamente, detuvo la violencia.

Los medios locales describieron a al-Ahmed, padre de familia y vendedor de frutas de 43 años, como un héroe cuya audaz acción probablemente salvó muchas vidas. Según informes, resultó herido en el enfrentamiento y permanece hospitalizado.

El primer ministro Anthony Albanese y el primer ministro Minns elogiaron la intervención del transeúnte, y Minns dijo que "hay muchas, muchas personas vivas esta noche como resultado de su valentía".

Otros civiles también se ofrecieron para ofrecer primeros auxilios y refugio a los heridos y traumatizados. Los transeúntes atendieron a las víctimas, aplicaron presión sobre las heridas y ayudaron a trasladar a los heridos a lugares más seguros mientras llegaban los servicios de emergencia.

Sin embargo, el contraste entre las acciones proactivas de los civiles y la aparente vacilación de los agentes uniformados ha generado un intenso debate. Los críticos han exigido una revisión transparente de los protocolos policiales en situaciones de tiradores activos.

@metrouk

The hero of Bondi Beach who was shot twice in his attempt to disarm one of the killers has been revealed. Ahmed al Ahmed, 43, was named by family as the man who wrestled one of the gunman to the ground before aiming the gun back at the attacker and forcing him to retreat. Mr al Ahmed, a Muslim father-of-two with no gun experience, was passing Bondi Beach when he heard the shooting erupt. The fruit seller was shot twice by the other suspect after he snuck up on one of the gunmen and managed to disarm him. #sydney #bondi #shooting #news #australia

♬ Prelude Noir VII (Felt Reframing) - Alfonso Peduto

Impacto más amplio y preguntas en curso

La masacre de Bondi Beach ha conmocionado profundamente a la comunidad judía de Sídney y a los australianos en general. Este ataque, declarado el más mortífero desde la masacre de Port Arthur en 1996, ha suscitado debates sobre la preparación antiterrorista, la seguridad comunitaria y la preparación policial ante la violencia masiva repentina.

Los líderes australianos, incluyendo figuras políticas rivales y defensores de la comunidad, han solicitado investigaciones exhaustivas sobre la planificación y ejecución de la respuesta policial. El objetivo, afirman, es garantizar que los protocolos de emergencia se actualicen y que las futuras tragedias se afronten con mayor rapidez y decisión.

Las familias de los fallecidos y los sobrevivientes como el Sr. Scuri buscan respuestas y rendición de cuentas. Muchos sobrevivientes continúan lidiando con el trauma del ataque, y los servicios de apoyo se movilizaron en todo Sídney en los días posteriores al tiroteo.

Las preguntas que suscita la denuncia de la sobreviviente sobre la inacción policial persistirán mientras las autoridades revisan la cronología de los hechos, publican más imágenes y responden a un público que exige claridad sobre cómo reaccionaron los encargados de protegerlos cuando cada segundo contaba.