En la década de 1970, mientras David Bowie desafiaba las normas de género y sexualidad en el mundo anglosajón, en el mundo hispanohablante emergía una figura igualmente transgresora: Raphael, el artista español homenajeado este miércoles como Persona del Año en los Latin Grammy de 2025.

Aunque ambos artistas se declararon abiertamente heterosexuales, su impacto en la comunidad LGBTQ+ es innegable. A través de su música, estilo y presencia escénica, Raphael se convirtió en un ícono queer, ofreciendo a su audiencia una representación audaz y liberadora.

El Nacimiento de una Estrella

Miguel Rafael Martos Sánchez, conocido artísticamente como Raphael, nació en Linares, España, en 1943. Desde temprana edad, mostró un talento excepcional para la música y la interpretación. Su estilo único, caracterizado por una voz potente y una presencia escénica arrolladora, lo distinguió rápidamente en la escena musical. Canciones como "Yo soy aquel" y "Qué sabe nadie" no solo se convirtieron en éxitos rotundos, sino que también resonaron profundamente en la comunidad LGBTQ+.

Lanzada en 1981, "Qué sabe nadie" es una canción que aborda la incomprensión y el juicio externo hacia los sentimientos y preferencias personales. Con líneas como "¿Qué sabe nadie lo que me gusta o no me gusta de este mundo?", la letra ha sido interpretada como una defensa de la privacidad y la autenticidad individual, valores fundamentales para la comunidad LGBTQ+. Esta interpretación ha llevado a que la canción se convierta en un himno no oficial para muchos.

Estilo y Presencia Escénica

Al igual que Bowie, Raphael desafió las convenciones de su tiempo con una estética y una presencia escénica que rompían moldes. Sus actuaciones estaban cargadas de dramatismo, con gestos amplios y una intensidad que capturaba la atención del público. Su vestimenta, a menudo extravagante para los estándares de la época, y su maquillaje sutil pero presente, añadían una capa adicional de ambigüedad que resonaba con aquellos que buscaban representación en una sociedad conservadora.

A lo largo de su carrera, Raphael ha sido objeto de rumores sobre su orientación sexual, en parte debido a su estilo interpretativo y a la ambigüedad percibida en algunas de sus canciones. Sin embargo, el artista ha abordado estos rumores con serenidad, afirmando que no le afectan y que siempre ha sido auténtico en su forma de ser y actuar. En una entrevista, declaró: "A mí eso no me ha molestado nunca, ni me preocupa. Yo tengo una forma de ser y de hacer, y a la gente le gusta mucho".

Además, Raphael ha expresado su apoyo a la comunidad LGBTQ+, señalando que, aunque no forma parte de ella, respeta y apoya sus movimientos. En una ocasión, comentó: "Estoy muy a favor de todos los movimientos estos que hay y ellos lo saben muy bien. No soy ambiguo en ese sentido, apoyo esta clase de colectivos, pero yo no pertenezco a ellos".

Legado y Comparación con Bowie

Aunque Raphael y David Bowie provinieron de contextos culturales diferentes, ambos compartieron una valentía artística que desafió las normas de su tiempo. Mientras Bowie adoptaba personajes como Ziggy Stardust y exploraba abiertamente temas de género y sexualidad, Raphael, desde una perspectiva más sutil, ofrecía a su audiencia una alternativa a las representaciones tradicionales de masculinidad. Su legado perdura, y su influencia en la comunidad LGBTQ+ es un testimonio de su capacidad para conectar con aquellos que buscan autenticidad y representación en el arte.

En resumen, Raphael se erige como un ícono queer en el mundo hispanohablante, ofreciendo a su audiencia una representación audaz y liberadora que trasciende las barreras del tiempo y la cultura.