Sarah Ferguson, duquesa de York, se ha presentado durante mucho tiempo como una miembro de la realeza que se hizo a sí misma, ganándose la vida gracias a libros, acuerdos con marcas y conferencias públicas. Sin embargo, correos electrónicos recientemente filtrados sugieren que su independencia financiera podría haber sido mucho menos evidente.

Según Metro, la correspondencia indica que el financiero caído en desgracia Jeffrey Epstein puede haber apoyado financieramente a Ferguson durante más de 15 años, mucho más allá del pago único que una vez admitió haber recibido.

Las revelaciones, de verificarse, amenazan con cambiar la imagen pública de Ferguson como la divorciada decidida que reconstruyó su vida desde las deudas hasta la estabilidad a través del trabajo duro y el encanto.

De los libros de cuentos a los honorarios por conferencias

Desde su divorcio del príncipe Andrés en 1996, Ferguson no ha tenido ingresos reales formales. Se forjó una lucrativa reputación mediática, escribiendo libros infantiles como "Budgie the Little Helicopter" y novelas románticas publicadas por Mills & Boon, con contratos millonarios. Su trabajo como embajadora de Weight Watchers le reportó más de un millón de libras, y desde entonces se ha convertido en una habitual del circuito de conferencias motivacionales.

El espíritu emprendedor de la duquesa, combinado con una personalidad cercana y optimista, la convirtieron en una de las exmiembros de la realeza con mayor éxito comercial de su generación. Sin embargo, su trayectoria empresarial cuenta una historia más compleja.

Una historia de deuda y dependencia financiera

Tras el optimismo público se escondía una inestabilidad financiera crónica. La marca estadounidense de estilo de vida de Ferguson, Hartmoor LLC, quebró en 2009 con deudas de aproximadamente 650.000 libras . Para 2010, según informes, enfrentaba una deuda personal de 4 millones de libras y estuvo a punto de declararse en bancarrota.

Ese mismo año, Newsnight emitió un video encubierto, ahora infame, que mostraba a Ferguson ofreciendo acceso comercial al príncipe Andrés a cambio de dinero. Meses después, admitió haber aceptado 15.000 libras de Epstein para saldar una deuda, acto por el que se disculpó públicamente, calificándolo de "enorme error de juicio".

Ahora, correos electrónicos recientemente filtrados parecen sugerir que el vínculo financiero no terminó allí.

La conexión con Epstein resurge

Según el informe de Metro, un correo electrónico de 2011 supuestamente muestra a Ferguson escribiéndole a Epstein: "Siempre has sido un amigo fiel, generoso y supremo para mí y mi familia". Otro mensaje atribuido a Epstein afirma que la había estado ayudando económicamente durante 15 años.

En otro intercambio, Ferguson supuestamente solicitó entre "50.000 y 100.000 dólares para ayudarme a pagar las pequeñas facturas que me están agobiando".

Estos correos electrónicos, si se autentican, sugieren una dependencia financiera a largo plazo, más que un simple error de juicio. Ferguson no ha hecho comentarios sobre las últimas acusaciones, y sus representantes se negaron a responder a las preguntas de la prensa.

Repercusiones y daños a la reputación

Los correos electrónicos han reavivado el escrutinio sobre las finanzas y la ética de Ferguson. Según informes, organizaciones benéficas vinculadas a ella están revisando sus afiliaciones, mientras que observadores de la realeza advierten que la confianza pública en su narrativa de autosuficiencia podría verse dañada permanentemente.

Durante décadas, Ferguson cultivó una imagen de resiliencia: la mujer que cayó, aprendió y se levantó de nuevo. Pero si estas afirmaciones son ciertas, su regreso podría haber sido financiado discretamente por uno de los depredadores más notorios del mundo.

Las acusaciones dejan una pregunta incómoda sobre su legado: ¿la independencia de la duquesa fue auténtica o una ilusión cuidadosamente mantenida?