¿Podría Victoria Beckham vender su firma de moda? Su esposo David Beckham está a favor

La carrera de Victoria Beckham como líder de la moda mundial no ha sido fácil, pero tras imponer su nombre entre los diseñadores más famosos del mundo, ahora se enfrenta a un renovado escrutinio, y fuentes cercanas afirman que David Beckham está animando a su esposa a considerar vender la empresa después de años de dificultades financieras.
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Según informes recientes de la industria, las crecientes pérdidas de la marca, las presiones de liquidez y las obligaciones bancarias pendientes han llevado al negocio a una encrucijada crítica casi dos décadas después de su lanzamiento.
Si bien las ventas han crecido de forma constante, los documentos presentados en 2024 revelan pérdidas sostenidas antes de impuestos y una inyección de 8,2 millones de dólares por parte de los accionistas para mantener la empresa operativa. Fuentes sugieren que David ahora cree que el futuro de la marca podría residir en una venta, una idea que ha sacudido la larga relación de la pareja, tanto a nivel personal como profesional.
Por qué la marca está bajo presión
Una realidad mixta se presentó en los estados financieros de la compañía en 2024. Por un lado, el negocio registró su cuarto año de crecimiento de ingresos, con ventas que alcanzaron los 149 millones de dólares, lo que indica una fuerte demanda de sus líneas de ropa y belleza.
Por otro lado, la empresa también ha experimentado un aumento de pérdidas antes de impuestos y graves problemas de liquidez en sus cuentas. Este año, los accionistas invirtieron 8,2 millones de dólares para mantener la actividad del negocio.
Desde entonces, la empresa ha incurrido en pasivos adicionales, ha sufrido pérdidas ampliadas y tiene un patrimonio neto desfavorable, según una fuente.
Además, la empresa está atravesando un período de pago de préstamos bancarios, lo que la ha puesto bajo presión y ha suscitado preocupaciones sobre su supervivencia futura.
Costo personal y confesión pública: Los Beckham se sinceran
Durante una entrevista para una nueva serie documental, Victoria reconoció que la lucha le había pasado factura. Recordó una época en la que el negocio perdía decenas de millones de dólares. Revelando lo devastada que se sentía, dijo: "Me sentí como un bombero. Estábamos en números rojos por decenas de millones".
También mencionó que tener a su esposo como socio le añadiría presión: "Sí, voy a casa con mi esposo, pero también voy a casa con mi socio. Así que le hablaba de ello. Tenía que hacerlo. Estaba comprometido. Y lo odiaba. Lo odiaba por completo".
David Beckham confesó que estas conversaciones lo dejaron destrozado, y a la hora de justificar la continua inyección de dinero, se le complicó aún más. Dijo: "Así que, que ella tuviera que venir a mí y decirme: '¿Me das algo...? Necesitamos más dinero. El negocio necesita más dinero', fue duro para ambos porque yo no tenía dinero para seguir con esto y al final pensé: 'Esto no puede continuar'".

Cómo podría ser la venta y qué está en juego
Según fuentes del sector citadas en los informes, los Beckham podrían pedir aproximadamente 444,5 millones de dólares por la marca, pero también consideran que este precio es "ambicioso".
La marca se lanzó por primera vez en 2008 y ha sobrevivido a varios años de dificultades económicas a pesar del revuelo de la crítica. Supuestamente, la incursión en el sector de la marroquinería y la belleza estabilizó sus ventas, pero aún no ha alcanzado la rentabilidad.
Algunos compradores podrían considerar los costos, los gastos generales y la ambición de la marca demasiado elevados, según los críticos. Sin embargo, sus seguidores destacan su reconocimiento mundial, el éxito de su línea de belleza y una futura serie documental de Netflix.
En el caso de Victoria, vender significaría perder algo muy personal. Se trata de una marca en la que lleva trabajando casi veinte años. Sin embargo, para David, puede significar salvaguardar el patrimonio familiar en un sentido más general y reducir el riesgo financiero personal.
Qué significa esto para las marcas de celebridades

Las circunstancias demuestran lo peligrosas que son las casas de moda de las celebridades. A pesar de su crecimiento, glamour y reconocimiento, esto no garantizaría la sostenibilidad ni siquiera en estas circunstancias, cuando las pérdidas aumentan año tras año.
Cuando se trata de otras marcas respaldadas por celebridades, el dilema de los Beckham sirve como advertencia: la percepción de una marca puede enmascarar cargas financieras significativas, y el orgullo individual puede entrar en conflicto con las realidades de los negocios.
Lo esencial ahora no es la creatividad ni el prestigio de la marca, sino unas buenas finanzas, la confianza de los inversores y la disposición a tomar decisiones difíciles cuando las cuentas van en rojo.
El próximo capítulo: ¿Vender, reestructurar o perseverar?
La decisión podría tomarse más pronto que tarde, ya que fuentes internas afirman que David Beckham insiste en que se tome. Queda por determinar si la marca atraerá a un comprador dispuesto a pagar una prima o si se reestructurará, reducirá su tamaño o se fusionará.
En este punto, los Beckham se enfrentan a una de las encrucijadas más difíciles desde la fundación de la marca. Se ven obligados a equilibrar su historia emocional con la viabilidad financiera, la decisión absoluta de si la notoriedad y la ostentación podrían prevalecer sobre el resultado final.
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