El debate sobre si utilizar agua fría o caliente para limpiar el rostro ha vuelto a surgir en repetidas ocasiones, y los expertos en piel vuelven a recordar a los entusiastas de la belleza cuál es la respuesta correcta.

Conste que no se está hablando de los efectos desinflamadores del hielo que todos conocemos. Si bien el agua helada es excelente para cerrar los poros y reducir la hinchazón, esto no quiere decir necesariamente que las temperaturas gélidas son las mejores para mantener nuestra piel limpia de toda impureza.

También hay quienes defienden el agua caliente y afirman que abre los poros y elimina la grasa y los residuos.

Sin embargo, ambas teorías son falsas y son simplemente mitos.

"El agua caliente puede aflojar temporalmente los aceites y residuos de la piel, haciendo que los poros parezcan más limpios, pero en realidad no cambia su tamaño", dijo la dermatóloga Hanna Kopelman, en una entrevista citada por el New York Post.

Además, el agua caliente puede provocar sequedad e inflamación en la piel, agregó el medio de comunicación Byrdie, lo que la convierte en un no-no para la rutina de cuidado de la piel de aquellos con rosácea y eczema.

@inyourfaceskincare

Do you have any more skincare questions? Follow for more skincare tips!

♬ original sound - In Your Face Skincare

El agua caliente no es adecuada para el lavado facial, pero el agua fría tampoco. El Dr. Kopelman inicialmente coincidió en que podía reducir la hinchazón del rostro y aliviar la irritación y la inflamación; sin embargo, también tiene sus desventajas.

"Podría provocar la obstrucción de los poros y un cuidado de la piel menos efectivo", añadió.

Así que sólo queda una opción: utilizar una temperatura intermedia, o agua tibia.

"El agua tibia es ideal para la limpieza, ya que elimina eficazmente la suciedad, la grasa y el maquillaje, al tiempo que preserva los aceites naturales de la piel, lo que permite que los productos para el cuidado de la piel se absorban mejor", promocionó la Dra. Nicole Lee, dermatóloga, al HuffPost.

Pero la temperatura del agua es solo parte de los elementos esenciales para mantener la piel de tu rostro lo mejor posible. Usar cremas y jabones no irritantes, tener una rutina mañanera y noctura y mantenerte hidratada y descansada, son igual de importantes.