La conexión de Kristin Cabot con una de las dinastías más ricas de Boston abre una nueva faceta del escándalo de infidelidad con el exCEO de Astronomer, después de que ella y Andy Byron fueron capturados por la cámara del beso durante el concierto de Coldplay.

Una vez que se supo de su dimisión de su puesto de alto nivel en Recursos Humanos en Astronomer, la internet se enfocó en su marido Andrew Cabot y descubrió que es el heredero de una familia que durante mucho tiempo ha sido sinónimo de riqueza e influencia en el área de Estados Unidos conocida como Nueva Inglaterra.

Los Cabot son más que un nombre prominente de Boston; su fortuna e influencia han moldeado la vida industrial, comercial y política del noreste durante más de un siglo.

El legado de la familia Cabot

Según la mismísima Enciclopedia Británica, las raíces de la familia se remontan a principios del siglo XVIII, cuando John Cabot llegó de las Islas del Canal y se estableció en Salem, Massachusetts. La riqueza de los Cabot se basó inicialmente en el comercio marítimo, exportando ron e importando té, melaza y otros productos básicos. Con el paso de los años, se expandieron al transporte marítimo, la banca y los ferrocarriles, afianzando su lugar entre la llamada élite brahmán de Boston.

Para el siglo XX, el apellido Cabot se había convertido en sinónimo de privilegio heredado. La conocida frase "Los Cabot solo hablan con Dios" resumía su posición exclusiva en la sociedad bostoniana.

Los Cabots modernos

Hoy, Andrew Cabot continúa la tradición familiar al frente de Privateer Rum, una destilería boutique en Ipswich, Massachusetts. Su enfoque, que aboga por la transparencia y la producción ética, marca una clara ruptura con el pasado empresarial más hermético de la familia.

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Entre los nombres notables de generaciones anteriores se incluyen el senador Henry Cabot Lodge, que ayudó a dar forma a la política exterior de Estados Unidos, y Godfrey Lowell Cabot, un industrial y filántropo que dejó una marca duradera en la Universidad de Harvard.

El matrimonio de Kristin con la dinastía

Kristin, anteriormente Kristin Thornby, se casó con Andrew Cabot en 2023 tras separarse de Kenneth Thornby. Antes de casarse, se unió al consejo asesor de Privateer Rum en 2020, lo que la acercó al negocio familiar Cabot. La pareja adquirió una finca frente al mar en New Hampshire, donde se establecieron a principios de 2025.

Gran parte del perfil público de Kristin está vinculado a su trabajo en Astronomer, una empresa tecnológica estadounidense valorada en aproximadamente Mil 300 millones de dólares. Sin embargo, el reciente incidente en un concierto de Coldplay que involucró al exdirector ejecutivo de Astronomer, Andy Byron, ha desviado la atención hacia su vida personal y su posición social.

Un legado bajo el foco moderno

La continua presencia de los Cabot en la vida social de Boston ha transformado un titular fugaz en una conversación más amplia sobre privilegios, legado y responsabilidad. Si bien el apellido familiar aún conserva prestigio, ahora se enfrenta a un renovado escrutinio público en un mundo en constante cambio.

@ianadeetee ♬ A Sky Full of Stars - Coldplay

La incorporación de Kristin a la dinastía Cabot ha despertado curiosidad por algo más que su puesto. Para algunos, el nombre representa un privilegio e influencia duraderos; para otros, pone de relieve cómo las ideas de responsabilidad y transparencia deben evolucionar con el tiempo.

Adaptación al cambio

Aunque los Cabot tienen raíces profundamente aristocráticas, la familia ha adoptado prácticas empresariales más basadas en valores en los últimos años. El liderazgo de Andrew Cabot en Privateer Rum ha sido elogiado por su enfoque ético, lo que marca un claro cambio respecto a las estrategias de lucro del pasado.

Hoy, Kristin Cabot se encuentra en la intersección de una controversia corporativa y un poderoso legado familiar: un lugar donde las decisiones comerciales, la herencia familiar y la opinión pública chocan cada vez más.

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