Es una figura destacada de Hollywood: el apuesto actor y director de cabello plateado, célebre en todo el mundo por su ingenio mordaz, su activismo político y su estilo aparentemente natural. Hoy, George Clooney disfruta de una vida refinada, dividiendo su tiempo entre una impresionante villa en el lago Como y su finca en Berkshire, Inglaterra, junto a su esposa, la prestigiosa abogada Amal, y sus gemelos.

Sin embargo, esta imagen de refinado decoro contrasta fuertemente con la cruda y a menudo caótica realidad de su juventud. Antes de que el éxito de Urgencias lo catapultara al estrellato, Clooney pasó la década de 1980 labrándose una carrera en un Hollywood que, según su propia y sorprendente confesión, estaba impulsado por las drogas y las fiestas desenfrenadas.

En una entrevista sincera, el actor de 64 años habló sobre los aspectos menos agradables de aquella época, revelando lo barato y frecuente que era adulterar las drogas, incluyendo el perturbador detalle de que la cocaína que circulaba en su círculo social a menudo estaba diluida con un ingrediente para bebés: un laxante infantil. Es una confesión que ofrece una visión de los difíciles comienzos de una estrella en apuros.

El duro camino de George Clooney hacia el estrellato en Hollywood

Los primeros años ochenta en Los Ángeles fueron una época confusa y decadente para un aspirante a actor como Clooney. Tras abandonar Kentucky en busca de la fama, pasó años aceptando pequeños papeles en programas de televisión olvidados mientras intentaba desenvolverse en el infame ambiente de fiestas que caracterizó la década.

La cocaína era omnipresente y a menudo se la representaba en la cultura popular como un complemento recreativo y no adictivo de la vida de lujo. La visión de Clooney sobre este período revela no solo su propia experimentación, sino también la preocupante ligereza con la que se veían las drogas duras antes de que se comprendiera ampliamente su verdadera naturaleza destructiva.

El actor reconoció haber experimentado con narcóticos en 1982, afirmando que nunca se trató de la adicción paralizante que sufren algunas estrellas, pero admitiendo que sí participó en la cultura de las drogas de la época.

"A los ochenta y dos, lo intenté; consumí cocaína y otras cosas", confesó Clooney, de 64 años. El aclamado actor intentó restarle importancia a la gravedad de sus primeros actos, pero señaló la negación generalizada en la industria en aquel entonces. "Solía bromear sobre que consumía demasiadas drogas, pero la verdad es que nunca fue un gran problema para mí. Y mira, hubo un episodio de Taxi donde todos consumen cocaína. En aquel momento, se decía: 'No, esto no es como la heroína. No es adictivo'".

Esta visión despreocupada pronto se desmoronó cuando los peligros de la cocaína se hicieron imposibles de ignorar, especialmente al verse agravados por la práctica verdaderamente repugnante de los narcotraficantes de usar aditivos baratos y peligrosos para adulterar su producto. Fue una revelación que puso de manifiesto, de forma visceral y cruda, el lado oscuro de la droga para el futuro ganador del Óscar.

La impactante verdad tras la confesión de George Clooney sobre la cocaína

Fue la anécdota concreta sobre el agente de corte lo que realmente sorprendió a muchos, ofreciendo una visión extraña, humorística y a la vez preocupante de los riesgos para la salud a los que se enfrentaba la joven industria cinematográfica de Hollywood. El aditivo barato, como reveló Clooney, era un producto doméstico común.

"Pero luego fue como: 'Bueno, la verdad es que es bastante malo'", añadió. "Además, estaba todo mezclado con manitol. El laxante para bebés. Todo el mundo se metía una raya y luego iba al baño". Este detalle tan explícito no solo pone de manifiesto la total falta de regulación en el narcotráfico, sino que también ofrece una perspectiva tragicómica sobre las medidas desesperadas que tomaban los fiesteros, ingiriendo a sabiendas una sustancia diseñada para provocar deposiciones solo para conseguir un colocón efímero.

Aunque Clooney insiste en que la cocaína nunca fue un problema grave, sí confirmó haberla consumido en ocasiones posteriores, si bien aclaró que no disfruta del cannabis. Explicó que la marihuana "no es mi droga", pero recordó haber estado bajo sus efectos hace unos 15 años tras consumir brownies con marihuana.

George Clooney

Sin embargo, las confesiones no se limitaron a las drogas. El artista también ha sido muy sincero sobre el papel destructivo que a veces ha desempeñado el alcohol. Recientemente recordó haberse emborrachado tras sufrir una importante decepción profesional: no haber sido nominado a varios premios después de su debut en Broadway con la obra Good Night, and Good Luck".

La decepción pública lo llevó a una borrachera privada, que relató con su característico humor autocrítico. Recordó: "Llegué a casa con Amal y no paraba de reír. Estábamos tumbados en la cama y le dije: 'Bueno, en una noche he recuperado todo mi exceso de abstinencia'. Al día siguiente estuve enfermo todo el día; fue desternillante. Estaba borracho como un adolescente. Completamente borracho".

Esta inusual y sincera mirada a la vida de una de las figuras más glamurosas del mundo garantiza que, a pesar de su actual posición privilegiada, George Clooney se mantiene con los pies en la tierra gracias a las realidades de su trayectoria.