Mark Wahlberg, Michelle Monaghan y Kit Harington dicen que 'Plan Familiar 2' fue "divertida, sorprendente y mucho más difícil de lo que parece".
El reparto habló abiertamente sobre la diversión, las dificultades y esa frase de "papá".

La familia Morgan regresa en "Plan Familiar 2" de Apple TV, pero pocas cosas permanecen igual en esta saga protagonizada por Mark Wahlberg, Michelle Monaghan y ahora Kit Harington. Sí, el mismísimo Jon Snow. Los niños son mayores, la madre está a punto de empezar su propia vida y se van de vacaciones a Europa. Claro, todos saben que Dan era un asesino encubierto, así que ¿qué más hay por descubrir? ¿Qué podría salir mal?
Pues mucho, y no como uno podría esperarlo, ni siquiera como lo esperaban el reparto o el director, según explicaron en entrevistas con The Latin Times y ENSTARZ.
Para empezar, las escenas de acción son mucho más arriesgadas. "Te apuntas pensando que es genial, y luego, cuando llegas, te arrepientes", bromeó Mark Wahlberg al recordar las exigentes escenas de riesgo. Rodar peleas en un campanario y en un autobús en marcha sonaba emocionante en el guion, pero una vez que entraban en juego la coreografía, la sincronización, los arneses de seguridad y los viajes, se convertía en una experiencia completamente diferente. "Sobre todo en un autobús en marcha... pero te recuperas, y queda grabado para siempre", añadió con una sonrisa.

Para Harington, la experiencia significó tachar un objetivo importante de su vida. "Cuando te llega un proyecto así y pone 'una película de Mark Wahlberg', dices que sí encantado. De hecho, ya había visto la primera y me encantó. Así que estaba emocionado", comentó. Sin embargo, no oculta que la oportunidad de interpretar al antagonista junto a Wahlberg y tener tantas escenas de lucha con él fue "un gran logro para mí. Es un sueño hecho realidad".
El reparto habló desde Londres, donde filmaron gran parte de 'Plan Familiar 2'. Regresar significó recordar cómo era crear la mezcla de adrenalina, comedia y caos que define la película. La familia Morgan se ve obligada a volver a un modo de supervivencia propio de espías, mientras lidia con los desafíos cotidianos de la crianza, como los toques de queda, las carreras profesionales, la independencia y el crecimiento personal. Para Wahlberg, esos temas emocionales son más intensos esta vez. "Mi hija se va a la universidad... los niños crecen... Es difícil", admitió. "Mi esposa y yo nos estamos preparando".
Michelle Monaghan regresa como Jessica Morgan, y esta vez, por fin tiene su propio protagonismo en escenas de acción. "Jessica puede aprovechar sus fortalezas como decatleta... y me pareció divertidísimo", comentó. El rodaje en Londres y París intensificó aún más la energía. "Estaba emocionadísima. El público puede vivir indirectamente a través de ellas mientras las acompaña en esta nueva aventura internacional", explicó.

Monaghan también intentó compaginar el rodaje con su vida personal. En lugar de pasar meses sola en el extranjero, se llevó a su familia. "Llamé a mi marido y le dije: "Tenéis que venir a Londres. Vamos a pasar la Navidad aquí"", contó. La familia decoró un árbol, patinó sobre hielo y creó nuevos recuerdos mientras ella trabajaba. "Eso hizo que rodar en el extranjero fuera mucho más significativo", añadió.
El director Simon Cellan Jones también regresó para la secuela, y expandir el universo de los Morgan fue parte del plan desde el principio. "Todo director quiere hacer acción... nos gusta destrozar cosas... hacerlas explotar", comentó entre risas. Pero construir escenas de acción a gran escala en dos importantes ciudades europeas no fue sencillo. "Fue aterrador, pero también emocionante", admitió.
El reparto coincidió en que rodar en el extranjero les había parecido un nuevo comienzo. Los actores más jóvenes, en particular, notaron cuánto había cambiado todo desde la primera película. "Cumplí 20 años rodando la primera y no podía beber ni apostar en Las Vegas. Esta vez cumplí 22 en Londres", compartió uno de ellos.
También revelaron un divertido choque generacional con la banda sonora. "Había una canción que Simon quería que cantáramos y no la conocíamos. Una especie de giga irlandesa", se rieron. "Estábamos como... Simon, nadie conoce esta canción".
La mayor novedad de la secuela es Kit Harington, quien asume un papel más oscuro como antagonista. Según Jones, el papel le permitió al actor romper con las expectativas. "Disfrutó mucho interpretando a un personaje con un lado oscuro... le dio mucha profundidad", compartió el director. "Verlo interactuar con Mark Wahlberg fue maravilloso".
Zoe Colletti, Van Crosby y Reda Elazouar (el novio) aportan el contexto político necesario, la tensión generacional y los momentos inesperados.
A pesar de los villanos, las acrobacias, el desfase horario y los horarios apretados, el reparto mantuvo un tono desenfadado. Cuando se les pidió que describieran la experiencia en una palabra, los actores más jóvenes respondieron al instante: "Ajetreada", dijo Crosby. "Divertida", añadió Colletti. Y entonces llegó la respuesta final que dejó a todos boquiabiertos:
"Solo diré... hola, papi", dijo Elazouar con su dramático acento francés, seguido de risas.

¿Y qué tal una tercera película?
El reparto no prometió nada, pero tampoco lo descartó por completo. Cuando se sugirió la idea de ambientar la película en Sudamérica, la reacción de Wahlberg fue inmediata:
"Buenos Aires. Un viñedo. Me gusta."
Jones sonrió y actuó con diplomacia. "Ya veremos qué tal le va a este... Nunca se sabe."
Independientemente de si hay una tercera parte, una cosa está clara: los Morgan no han terminado de crecer, pelear ni de aprender a funcionar como una familia normal muy poco convencional.
Y a juzgar por su energía, el resto del elenco tampoco.
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