Tras conquistar el mercado juvenil en libros y streaming, Mercedes Ron pone la mira en Hollywood y Jacob Elordi

Tras conquistar el mercado juvenil en libros y en streaming, Mercedes Ron pone la mira en Hollywood y en Jacob Elordi.No lo dice como una provocación ni como una fantasía pasajera, sino como parte natural de una carrera que crece de forma sostenida y estratégica desde hace años.
La autora argentina, nacida en Buenos Aires y criada entre España y distintos países del mundo anglosajón, se ha convertido en una de las voces más influyentes de la literatura juvenil en español, con millones de lectores y una lista creciente de adaptaciones audiovisuales. La más reciente se estrena este 11 de diciembre en Prime Video: Dímelo Bajito.
Ron llegó al éxito sin atajos. Empezó a escribir siendo adolescente en plataformas digitales, cuando publicar historias era más un acto de resistencia que una promesa de la industria. "No fue un éxito de un día para otro", recuerda en una entrevista con ENSTARZ y The Latin Times. "Me lo he tenido que ganar poco a poco desde los 19 años, cuando terminé mi primer libro."
Ese recorrido, lejos de desgastarla, fortaleció algo clave. La confianza. Hoy reconoce que el mayor cambio que le dejó el éxito no fue material, sino emocional. Creer en sí misma y no tener miedo de soñar en grande.
Ese sueño ahora tiene coordenadas claras: Hollywood.
La escritora ya ha vivido una primera experiencia con una adaptación al inglés y confiesa que observar cómo se trabaja al otro lado del Atlántico ha sido profundamente revelador. No lo plantea solo desde la autoría, sino también desde un interés creciente por los procesos de producción. Le atrae la figura de la productora ejecutiva, el control creativo, la construcción del proyecto desde la base. No es casual. Ron estudió Comunicación Audiovisual y nunca ocultó su fascinación por el lenguaje del cine.
La relación con Prime Video, plataforma que ha llevado varias de sus historias a la pantalla comenzando con la trilogía Culpables, con las película Culpa Tuya, Culpa Mía y Culpa Nuestra, ha sido clave en esta transición. "No tengo la última palabra, pero doy mi opinión, sobre todo en el guion y en el casting", explica. Es un trabajo colaborativo que la ha llevado a entender el audiovisual no como una amenaza a la literatura, sino como una extensión natural de su universo narrativo.
Ese universo está marcado por relaciones intensas, conflictos emocionales y personajes que obligan al lector a tomar partido. En Dímelo bajito, uno de sus títulos más comentados, Ron explora el triángulo amoroso desde un ángulo más incómodo. Dos hermanos enfrentados emocionalmente por la misma mujer. Una dinámica inspirada, según admite, en The Vampire Diaries, con la clásica tensión entre el hermano luminoso y el oscuro. "Me apetecía explorar esa dinámica", dice.
El resultado es una historia más dramática, con capas psicológicas que se vuelven más densas conforme avanza la trama. Y, por supuesto, con bandos. "Eso de tener teams siempre es divertido", reconoce entre risas, aunque admite que la protagonista es quien más sufre.
Aunque millones de lectores sienten que conocen a la autora a través de sus libros, Ron insiste en que no escribe para retratarse. "Hay un poco de mí en todos los personajes porque salen de mí, pero no lo hago a propósito", aclara. Prefiere alejarse de su realidad y dejar que la imaginación tome el control, aunque acepta que quienes la conocen detectan gestos, frases o actitudes que delatan su mano. El personaje de Marfil, en la saga Enfrentados, es quizás la excepción más consciente.
La vida nómada también ha marcado su obra. Vivió en Nueva York, donde escribió Enfrentados, y en Bali, experiencia que dio origen a 30 sunsets. "Viajar te abre la mente", afirma. "Como escritora, hay que exponerse a cosas distintas". Esa mezcla cultural se percibe incluso en su manera de hablar, donde conviven acentos y registros, una identidad híbrida que también alimenta la complejidad de sus historias.
A pesar del éxito, los nervios no desaparecen. Publicar un libro, enfrentar un estreno o conceder una entrevista sigue activando la misma ansiedad. Para Ron, lejos de ser un síntoma negativo, es una señal de alerta saludable. Importa lo que hace. Le importa todavía.
Fue esa sensación, mezclada con euforia y agradecimiento, la que la impulsó durante su presentación en el Festival del Libro de Miami, en la que se presentó con el elenco de Dímelo Bajito, Alícia Falcó, Fernando Lindez y Diego Vidales.
Mientras termina un nuevo libro que entregará en las próximas semanas, la autora permite que la imaginación vuele un poco más alto.
Dakota Johnson, Jennifer Lawrence y Jacob Elordi aparecen en su fantasía creativa como posibles rostros para futuras adaptaciones en inglés. No como casting cerrado, sino como manifestación. Porque si algo ha aprendido Mercedes Ron en este recorrido es que los sueños, cuando se trabajan con disciplina, suelen encontrar la forma de cruzar fronteras. Hollywood ya no es una exageración. Es el siguiente capítulo posible.
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