Imagine un mundo donde las altas esferas de la sociedad se ven repentinamente desmanteladas, exponiendo una red de privilegios, abusos y encubrimientos. Durante años, el príncipe Andrés, duque de York, operó dentro de esa jaula dorada, con su larga amistad con el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein amparada por la inmunidad real.

Pero esa jaula ha sido destrozada. Ahora, a medida que se acumulan nuevas pruebas, incluyendo correos electrónicos internos del patrimonio de Epstein y una revisión policial de los propios agentes de protección de Andrés,, la presión ha alcanzado un punto crítico innegable. Personas con información privilegiada han infligido lo que llaman la "humillación final": el expríncipe caído en desgracia está siendo presionado urgentemente para que entregue su pasaporte.

¿El temor? Que, si se le acorrala bajo un escrutinio cada vez más riguroso, el príncipe Andrés podría huir del país y evadir la rendición de cuentas.

Se intensifica el escrutinio sobre el príncipe Andrés: ¿Es el miembro de la realeza caído en desgracia un peligro para sí mismo o para los demás?

El príncipe Andrés Mountbatten-Windsor, despojado de sus títulos reales y cargos oficiales tras un acuerdo civil con Virginia Giuffre, víctima de tráfico sexual, se enfrenta de nuevo a una enorme presión política y legal a ambos lados del Atlántico. La exigencia de que entregue sus documentos de viaje está directamente relacionada con el creciente interés investigativo.

En primer lugar, el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes de EE. UU. en Washington está examinando correos electrónicos internos del patrimonio de Epstein, que supuestamente arrojan nueva luz sobre la profundidad de la participación de la realeza. Una fuente familiarizada con la revisión del comité declaró: "Lo que está surgiendo sugiere que la participación de Andrés con Epstein fue mucho más allá de lo que él mismo ha reconocido".

Esta revelación ha suscitado una gran preocupación entre las autoridades. "Existe una preocupación real de que, si aumenta la presión, pueda intentar salir del país y desaparecer, y muchos creen que debe entregar su pasaporte a la policía ya". Las advertencias son contundentes, y otra fuente interna añadió: "Andrew debe ser considerado ahora como un posible riesgo de fuga".

Según informes, sus asesores entienden que el escrutinio sobre sus vínculos con Epstein no hará más que intensificarse. Se teme que "pueda mudarse discretamente al extranjero si no se implementan las salvaguardias".

Esto hace eco de comentarios privados que circulan entre funcionarios, y una fuente explicó: "Existe la sensación de que, si se dejara la puerta abierta, Andrew podría reflejar a otros ex miembros de la realeza que se fueron a Medio Oriente cuando aumentó el escrutinio".

Aunque algunos miembros de la familia podrían no oponerse a su silenciosa partida, otros están decididos a que "si hay alguna intención de pedirle cuentas, su libertad para viajar debe ser limitada".

Una nueva mirada a las acusaciones contra el príncipe Andrés: ¿investigó a Virginia Giuffre?

La presión no solo proviene de Estados Unidos. En Londres, la Policía Metropolitana está llevando a cabo una nueva investigación sobre la conducta de los ex Agentes de Protección Personal (PPO) del Príncipe Andrés. Este escrutinio intensificado surge tras las graves acusaciones de que este les pidió que desenterraran información comprometedora sobre Giuffre hace más de una década.

Las denuncias incluyen una alegación específica de que, en 2011, Andrew proporcionó la fecha de nacimiento y el número de la seguridad social de Giuffre a un guardaespaldas, pidiéndole que la investigara. La policía está trabajando para determinar si estas acciones podrían constituir asistencia para la mala conducta en un cargo público.

Una fuente policial confirmó: "Los investigadores quieren aclarar qué ordenó Andrew a sus agentes de protección y si alguna de esas solicitudes traspasó los límites profesionales. El objetivo es evaluar si la situación justifica una investigación más exhaustiva".

La Met confirmó la investigación sobre si Andrew utilizó a su equipo de guardaespaldas para tratar de desenterrar "información sucia" sobre Giuffre: "Tras los recientes informes de los medios sobre las acciones de los oficiales en relación con este asunto, estamos considerando si es necesaria alguna evaluación o revisión adicional".

Funcionarios informados sobre el proceso afirman que al menos dos exagentes de protección personal han sido interrogados hasta la fecha. Para aumentar la abrumadora presión, el príncipe Andrés también enfrenta llamados a declarar ante el Congreso estadounidense sobre su amistad con Epstein. Miembros demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes le han solicitado formalmente que se presente a una entrevista transcrita, aunque carecen de la facultad para citarlo, ya que no es ciudadano estadounidense.

Giuffre alegó repetidamente que Andrew tuvo relaciones sexuales con ella cuando tenía 17 años. Giuffre se quitó la vida trágicamente este año, a los 41 años.

El escándalo también ha profundizado la turbulencia personal de Andrés. Tras ser despojado de sus títulos por su hermano mayor, el rey Carlos, de 77 años, ha aceptado abandonar Royal Lodge, la propiedad de Windsor donde vivió durante 17 años.

La fuente concluyó: "Andrew se enfrenta a una presión abrumadora. Cada nueva revelación lo sumerge aún más en una narrativa de la que intenta desesperadamente distanciarse, pero no tiene adónde ir. Los investigadores y legisladores temen que, si se siente atrapado, intente escabullirse, razón por la cual su pasaporte está en discusión".